Chistes:
Que le dice una bombilla a otra?
-tanto tiempo dando a luz y nunca hemos tenido un hijo.
Se estrella un avión en las montañas y quedan tres sobrevivientes: un francés, un alemán y un mexicano.
Pasan los días y ya tienen hambre. Entonces dice el francés, "Yo me corto un brazo para que comamos."
Pasan los días y dice el alemán, "Yo me corto una pierna."
Después de unos días dice el mexicano, "Ni modo, ya me toca," y se baja el pantalón. El alemán y el francés exclaman "¡Oh! ahora vamos a comer salchicha con huevos."
Y contesta el mexicano "A la chingada, cabrones, lechita caliente y a dormir."
Entra un turista a una farmacia en Brasil y le dice al farmacéutico:
"Deme una aspirina, por favor..."
El negro saca una aspirina enorme, del tamaño de un plato y se la envuelve. El tipo, confundido le pregunta:
"¿No tiene una aspirina más chiquita? ¿Una de tamaño normal?"
Y el negro le responde: "¡En Brasil fabricamos as aspiriñas mais grandes du mundu!"
El tipo, asombrado, acepta la enorme aspirina y dice:
"Deme un tubo de pasta dentífrica, por favor."
El negro saca un tubo del tamaño de un termo y le dice: "¡En Brasil fabricamos o tubo do pasta dentífrica máis grande du mundu! ¿Vocé gusta algo máis?"
El tipo lo piensa un poco y le responde:
"No, gracias negro, los supositorios los compro de regreso a mi país."
Un marinero y un pirata se encuentran en un bar y se empiezan a contar sus aventuras en los mares. El marinero nota que el pirata tiene una pierna de palo, un gancho en la mano y un parche en el ojo y le pregunta al pirata: "¿Y cómo terminaste con esa pierna de palo?"
El pirata le responde: "Estabamos en medio de una tormenta y una ola me tiró al mar, caí entre un montón de tiburones. Mientras mis amigos me subían un tiburón me arrancó la pierna de un mordisco."
"!Guau!", replicó el marinero. "¿Y qué te pasó en la mano, por qué tienes ese gancho?" "Bien...." respondió el pirata, "estabamos abordando un barco enemigo y mientras luchábamos con nuestras espadas contra los otros marineros, un enemigo me cortó la mano."
"¡Increíble!", dijo el marinero, "¿Y qué te paso en el ojo?"
"Una paloma que iba pasando y me cayó excremento en el ojo."
"¿Perdiste el ojo por un excremento de paloma?", replicó el marinero incrédulamente.
"Bueno...", dijo el pirata, "era mi primer día con el gancho."